Las estructuras laborales y económicas existentes demuestran las brechas abismales de género. Por cada dólar que reciben los hombres, las mujeres reciben 18 centavos menos. Consecuencias sociales y económicas devastadoras para las mujeres que profundizan las inequidades en el empleo y en el trabajo.
Esta causa debe unir al Gobierno, a la empresa privada, a la cooperación internacional y a la sociedad civil para establecer reglas equitativas de juego en el desarrollo socioeconómico para hombres y mujeres. Debemos trabajar por crear políticas a largo plazo que fortalezcan la economía de las mujeres, promoviendo oportunidades y mecanismos para una plena igualdad.
El mundo debe ser más equitativo a través de un modelo que reduzca la brecha entre hombres y mujeres no solo en lo social, sino en lo económico. Es momento de impulsar el liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones, proteger los ingresos y empleos de quienes han sido las más vulneradas por años. Cada campaña de sensibilización, cada proyecto de apoyo, cada decisión de los gobiernos, cada iniciativa de la empresa privada nos acerca más a vivir en equidad económica de hombres y mujeres, como pares e iguales.